miércoles, 2 de mayo de 2012

La repetible carga - Repetabila povara




Quien tiene padres, en la tierra no en el pensamiento
Aun oye, incluso en sueños, los ojos del mundo llorando
Que fuimos, que no fuimos o que somos buenos,
Hoy, envejeciendo, echamos de menos a los padres.


¿Qué padres? Unos hombres que ya no tienen sitio
de tantos niños y de tanta malasuerte
Unas cruces, aún vivas, respirando cada vez con más dificultad,
Son estos padres que siempre suspiran.








¿Qué padres? Unos hombres más,
Que saben dolorosamente lo que son veinte duros,
Si son jóvenes o no, según sus papeles,
No importa nada, ellos encanecieron por el anelo
De serles el hijo un escalón más señor,
¡Cuánto trabajo de más, qué sufrimiento, cuánto insomnio!




Incluso ahora, cuando escribo, como si aullara/gritara,
Yo les sé y les siento, padeciendo en algún lado.
Nos acordamos de ellos, después de largas semanas
Hijos viejos, con padres viejos
Si habrán conseguido leña, si les dolerán los huesos,
Si no habrán muertos en sus casas...
Entre ellos y los niños hay una semilla de perros,
y la sombra de plomo del demasiado diario pan.








Quien tiene padres, en la tierra no en el pensamiento
Aun oye, incluso en sueños, los ojos del mundo llorando.
Porque de todas las cosas que son, lo más difícil es ser,
No niño de padres sin no padre de hijos.




Humillados por necesidades y con la cabeza gacha,
En un pobre pueblo, en el confín de aldea,
Incluso ahora siguen esperando, señales de los antepasados
O cartas de sus hijos como que tienen suerte,
Como unos fantasmas salen raras veces en el portal
Contando historias sobre nosotros al igual que sus muertos ancestros.




Quien tiene padres, aún no está perdido,
Quien tiene padres aún tiene pasado.
Nos hicieron, nos crecieron, nos trajeron hasta aquí,
Donde nosotros mismos tenemos nuestros propios hijos
Irritantes pueden parecer, cuando no tienes que más pedirles,
Además en general son también un poco pesados.
Porque no ven, porque no oyen, porque hacen los pasos demasiado cortos,
Porque hace falta decirles y explicarles demasiado,
Jorobados, corcovados, en un ritmo infernal,
Te preguntan si conoces algún jefe de hospital.
¿A que te invade una lástima de todo,
sobre todo porque ellos ya no pueden?
Como una carga les sientes y ellos saben que es así,
Y ellos te miran como si te pidieran...




Aún nos queda, aún nos queda por un breve tiempo llevar
Sobre la consciencia la carga de este ocaso
Y después seremos muy libres bajo el cielo,
Se reducirán los que no tienen y nos piden.
Y cuando empezaremos a sentir nosotros también,
La carga que somos para nuestros niños,
Tan sólo en un triste, alejado y tardío futuro
Cuando sabremos desesperados noticias que hoy no se saben,
Entenderemos porque los hijos olvidan pronto,
Y no ven ningún ojo en el mundo llorando,
Y porque aún no ha llegado el diluvio sobre la tierra,
A pesar de llover siempre, a pesar de que siempre ha nevado,
A pesar de que el mundo en el que a padres hemos llegado
Desde hace una eternidad por el llanto es  zarandeado.


Adrian Paunescu


Goală ești simplă, ca o mână de-a ta, netedă, pământeană, rotundă, transparentă, ai linii ca luna, umbre ca pomii, goală ești subțir...