«Porque les sonríen a todos los niños pequeños que pasan a su lado. Porque caminan por la calle derechas, con la cabeza alta, con los hombros echados hacia atrás y no responden a tus miradas
cuando te fijas en ellas con ojos de maníaco. Porque pasan con un valor inesperado por encima de todas las servidumbres que les imponen sus anatomías delicadas. Porque realizan todo tipo de
faenas domésticas y molestas sin darse bombo y sin pretender ningún reconocimiento. (…)
Porque juegan al ajedrez, al whist o al ping-pong sin que les interese quién es el ganador. Porque conducen con prudencia en coches pulidos como bomboneras. Porque tienen una manera de resolver problemas que no eres capaz de comprender.(…) Porque son extraordinarias lectoras para las que se escribe las tres cuartas partes de la poesía y la prosa del mundo.
Porque las enloquece Angie de los Rollings. Porque nunca consigues ponerte de acuerdo con ellas en lo tocante a la belleza de otra mujer o de otro hombre. Porque se toman la vida en serio, porque parece que crean realmente en la realidad. Porque se acuerdan de los nombres de las actrices y actores de las películas, incluso de los más oscuros. Porque un embrión, si no se le expone a ninguna acción hormonal se desarrolla siempre como mujer. Porque no te ponen la mano en trasero salvo en los anuncios. Porque no les excita la idea de la violación.(…)
Porque son mujeres, porque no son hombres, ni otra cosa. Porque todos hemos salido de ellas y ellas volvemos, y nuestra mente orbita como una estrella pesada y embarazada, una y otra vez, a su alrededor.»
Mircea Cărtărescu
(Bucarest, 1 de junio de 1956) es un poeta, prosista y crítico literario rumano