sábado, 3 de septiembre de 2011
Te quiero ...
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once,
y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y
con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia.
Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me
pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la
comida o en el trabajo diario, o en las diversiones
que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con
la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y
siento que estás hecha para mí, que de algún modo
me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos
me convencen de ello, y que no hay otro lugar en
donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu
cuerpo. Tu vienes toda entera a mi encuentro, y
los dos desaparecemos un instante, nos metemos
en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo
hambre o sueño.
Jaime Sabines
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Goală ești simplă, ca o mână de-a ta, netedă, pământeană, rotundă, transparentă, ai linii ca luna, umbre ca pomii, goală ești subțir...
-
Te doy mi alma desnuda, como estatua a la cual ningún cendal escuda. Desnuda con el puro impudor de un fruto, de una estrella o una flo...
-
El monasterio de Dragomirna se construyó en un área maravillosa, cerca al bosque, allende la aldea Mitocul Dragomirnei, 12 kilómetros d...
-
Gracias montaña por haberme dado lecciones de vida, por que fatigado he aprendido a gustar el reposo, por que sudando he aprendido a apreci...