Cuando llegaste a mi vida
sentí la sangre correr en mis venas
como la savia
asciende el tronco de los árboles
en la primavera

Mis emociones, dormidas,
solapadas, errantes,
salieron a la luz
y me deslumbraron
con su intensidad
Todo lo que parecía ya dormido,
difunto, enterrado,
despertó en un sin fin de gratas sensaciones.
Volví a sonreír,
a creer en la vida,
a confiar en la vida
a gozar del amor...
Daniel Gianetti